viernes, 19 de septiembre de 2014

Panamá y San Blas, y la visita de la Rena

Nuestra estadía en Panamá fue un poco más larga de lo que esperábamos. Principalmente debido a los trámites para lograr embarcar nuestra casita rodante hacia Colombia, ya que no hay camino en el famoso Tapón de Darién. Son como 40 km donde no se puede cruzar y las teorías de porque no hay carreteras son diversas: la selva es demasiado espesa (musho..), los narcos tienen tomada la zona, los gringos no quieren que se conecte por tierra para que la droga y la inmigración no pase desde sudamerica. Bueno… la razón no importa mucho, la lata es la demora y lo caro de embarcar nuestro autito hasta Cartagena.

Aprovechamos los días en Panamá para descansar y recorrer… conocimos varias playas cerca del pacífico, comimos arriba del canal de Panamá mientras veíamos los barcos subir y bajar en las exclusas. Nos juntamos con la Rena que andaba chambeando en Panamá. Juanjo nos mostró sus dones de lanza... y mientras nadie lo veía, abrió la cartera de la rena, sacó una manzana, le dió un par de mordiscos tipo ratón, y finalmente la devolvió a la cartera jaja.





Para finalizar, Murphie nos tenía preparada una de las suyas. Terminado el primer día de trámite (1 de 2) antes de embarcar la casa rodante, el pitbull decide que no quería más y bloquea el freno de una rueda. La vimos mal, buscando taller a menos de 24hrs de embarcar el auto. Finalmente y gracias a mucha ayuda logramos arreglar el freno y partir rumbo al puerto, donde se embarcaría en una travesía que duraría 10 días aprox.









Taller de emergencia!


En el proceso de embarcar la casita a Cartagena conocimos a 4 viajeros más, que hacían nuestra misma ruta y cada uno con su cuento. Estaba una pareja de Italianos que había recorrido todo el mundo en su auto, un gringo que viajaba sólo con su perro (parecía recién salido de la cárcel), otro gringo que compró una ambulancia y la adecuó para el viaje (notable), y otro gringo que viajana en un jeep de 1.800 usd, y sólo.

Además conocimos el famosos canal de Panamá, fuimos a comer a un restaurante donde se ven pasar los barcos en la noche, muy lindo. Y por último partimos a San Blass (lejos lo más lindo). Mientras tanto, decidimos arrendar un autito (el nuestro ya lo habíamos entregado en el puerto) y manejamos por muuuchas curvas a la reserva indígena Kuna Yala, de ahí los locales nos llevaron en un bote a la isla Iguana. La reserva son 365 islas, todas chiquititsa y parecidas: arena blanca, palmeras, playa y un par de cabañitas de bambu y paja, uno se siente como en un cuento.



El enano lo paso increíble recolectando los cocos debajo de las palmeras, jugando con arena y  durmiendo siesta bajo las palmeras 





Y por último volamos a Cartagena haciendo escala en Bogotá donde esperábamos recuperar a nuestro chanchito

1 comentario:

  1. Lo maximo juanjo!
    Parece que la cruzada en realidad es pelua por la guerrilla de los narcos!

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